Tras dos años de silencio, debido a la pandemia, las delegaciones provenientes de las ocho regiones de Oaxaca regresaron con más fuerza que nunca a la antes llamada “Rotonda de las Azucenas” para celebrar la tradicional Guelaguetza, en este primer Lunes del Cerro.
La música de banda volvió a retumbar, los colores, bailes y tradiciones de la entidad oaxaqueña cautivaron al mundo nuevamente. Tan solo al interior del recinto se encontraban más de 14 mil personas disfrutando del espectáculo, sin contar quienes lo sintonizaron a través de las redes sociales.
Fueron las Chinas Oaxaqueñas quienes abrieron pista con el tradicional jarabe del valle, previamente se presentó a la principal anfitriona del evento, la diosa Centéotl, Jacsenic Maybeth Rodas González, originaria de Santo Domingo Tehuantepec.
A lo anterior, siguió el Fandango de Loma Bonita; La tradicional boda chatina, tornaboda, sones y chilenas de Santos Reyes Nopala; el lavado de cabeza de los novios de Huautla de Jiménez; así como la rendida de culto de San Sebastián Tutla.
No podía faltar el jarabe mixteco de Huajuapan de León; el Jueves de Corpus de San Francisco del Mar; Flor de Piña de San Juan Bautista Tuxtepec, que como siempre se llevó gran parte de los aplausos por parte del público asistente.
La majestuosidad de la Danza de la Pluma de la Villa de Zaachila; el jarabe ejuteco de Ejutla de Crespo; el labrado de cera en honor a San Pedro Mártir de San Pedro Comitancillo; la fiesta solteca de Sola de Vega; así como los sones, juegos y chilenas de Pinotepa Nacional.
Tal y como si no hubiera pasado el tiempo, la Guelaguetza demostró que sigue siendo la máxima fiesta de las y los oaxaqueños.