“Aquí trabajamos con amor, con cariño y con pasión. Yo hago mi trabajo con mucho amor y así sale mucho mejor”.
Son las palabras de Rocío Marisela Cruz Rodríguez encargada de tostar el cacao de manera artesanal que, mezclado con otros ingredientes, se convertirá en Oaxacanita Chocolate, producto originario de Tamazulápam del Progreso, localidad ubicada en la región de la Mixteca de Oaxaca.
La marca es propiedad de Ruth Valladares y Germán Santillán, una pareja de jóvenes emprendedores quienes a base de esfuerzo y constancia han desarrollado una empresa social que, a través de la producción de chocolate artesanal, genera un impacto social, económico y medio ambiental en la región.
Más que chocolate, Oaxacanita es un proyecto social que incluye a cocineras tradicionales de Tamazulápam del Progreso, artesanos de la palma y cacaocultores oaxaqueños, con la intención de ofrecer un producto único, de alta calidad y sumamente delicioso.
“Nosotros trabajamos de la mano con cocineras tradicionales para la elaboración del chocolate, con cacaocultores quienes cultivan la materia prima y con artesanos de palma para brindar un empaque completamente auténtico, digno de esta región”, refiere orgullosa Ruth.
Se trata de un proyecto que pone en el centro a la comunidad de Tamazulápam del Progreso, lugar donde se transforma la materia prima de manera artesanal y se convierte en un delicioso chocolate listo para degustarse.
Sin embargo, la aceptación y reconocimiento del mismo lo ha llevado a expandirse hasta nueve comunidades de la región en donde ahora se siembra y cosecha el cacao, se realiza la transformación en chocolate y se trabaja en los empaques para su posicionamiento en el mercado local, nacional e internacional.
Actualmente, el cacao que utilizan se produce en su totalidad en Oaxaca, principalmente en las comunidades de Guadalupe Nuevo Tenochtitlán, Concepción del Progreso, San Pedro Siniyuvi, algunas localidades de Putla Villa de Guerrero, San Sebastián Nopalera y Santa María Yucuhiti.
Mientras que los empaques, hechos de palma, son elaborados por artesanos de San Isidro y San Andrés Lagunas.
De acuerdo con Germán Santillán, la idea central de Oaxacanita Chocolate es generar una cadena productiva y colaborativa que ayude a generar mayores oportunidades de bienestar para cada uno de los integrantes del proyecto y sus familias.
Es esta misma razón la que ha derivado en que, a sus seis años de existencia Oaxacanita Chocolate sea reconocida como una de las mentes que está cambiando al mundo. No en vano ha sido distinguida a nivel internacional por el gobierno de Estados Unidos, The Internationational Youth Foundation, Facebook y TED: Ideas worth spreading.
“Estamos muy felices y orgullosos de demostrarle a toda la gente que el chocolate aquí en la Mixteca es uno de los productos más emblemáticos que tenemos, pero al mismo tiempo es aquel que nos puede seguir uniendo como bien lo hemos sabido en nuestra historia como oaxaqueños”, asintió Germán Santillán.
La familia Oaxacanita
El taller de Oaxacanita está integrado solo por mujeres y ha sido adaptado poco a poco para poder obtener una mayor producción de chocolate, debido a la amplia demanda del producto.
Uno de los principales requisitos para ingresar al taller es divertirse, así lo advierte el letrero colocado en la pared; instrucción que siguen al pie de la letra tal y como lo refiere Hitayetzy Hernández, la más joven de las trabajadoras, quien pone la música para amenizar el trabajo.
“Se trata de su propio espacio, en el que no sólo trabajan, sino que se desestresan, platican, se animan unas a otras y se genera una gran convivencia”, explicó Ruth Valladares que muchas veces participa en el trabajo al interior del taller, particularmente en temporada de alta demanda.
Pero no sólo es eso, también es sede de pláticas organizadas y dirigidas para empoderarse, como aquellas de expresión oral y corporal que las ayudan a tener un mejor desenvolvimiento, así como a sensibilizarse en el cuidado de la salud y la prevención del cáncer, acciones que se han diseñado a la par del trabajo diario al interior del taller.
Es así que Rocío Cruz Rodríguez, Hitayetzy Hernández Rojas, Ricarda López, Guadalupe Rodríguez, y Maricruz Arellanes, todas originarias de Tamazulápam del Progreso, junto con Ruth y Germán se han convertido en una gran familia chocolatera.
La encargada de tostar el cacao de manera artesanal es Rocío. Cada que se requiere se instala en su lugar, el cual cuenta con una bella vista hacia la vegetación que aún se conserva al interior de la casa que alberga Oaxacanita y que hace décadas fue una escuela.
Con paciencia y amor pone el cacao en el comal de barro y ahí lo mueve una y otra vez, a su propio ritmo y con el conocimiento del punto exacto en que tiene que ser retirado de la lumbre. Ella sabe que el tostado del cacao es primordial para conseguir el característico sabor.
No es ninguna improvisada, antes de trabajar en el establecimiento ya lo hacía en su vida diaria. Y es que el chocolate es un producto muy consumido en la comunidad, forma parte incluso de la tradición, por lo que muchas mujeres saben tostar el cacao y transformarlo para degustarlo en fiestas y mayordomías.
Mientras que, Hitayetzy es la encargada de atemperar el chocolate, es decir de llevarlo a la temperatura ideal para que pueda ser manipulado y convertido en tablillas con alta calidad, misma que se refleja en su color café brillante y uniforme. Lo hace en una mesa de mármol que enfría la pasta y permite el trabajo de Ricarda, Guadalupe y Maricruz.
Las cuatro, junto con la dirección de Ruth, han encontrado el punto exacto y la formula perfecta para hacer de Oaxacanita el mejor chocolate de la región.
Para todas, el trabajo que realizan en la chocolatería representa un importante apoyo en la economía de su hogar, Hitayetzy incluso ha concluido su preparatoria gracias al empleo, de ahí que piensa combinarlo con sus estudios universitarios para convertirse en maestra
“Yo a Oaxacanita la considero como mi familia. El dinero que yo gané durante mis estudios de prepa me ayudo bastante para las cosas de mi escuela. Soy de bajos recursos y la verdad si me ayudó demasiado tener este trabajo. Además, que doña Ruth me ayudaba incluso con mis tareas y con el internet”, refirió la joven.
Recientemente, Germán y Ruth han invertido en una mesa de mármol, aire acondicionado y molinos propios que han sido colocados al interior del taller, lo que permitirá una mayor producción, siempre cuidando la parte artesanal del procedimiento, la cual es fundamental para la chocolatería.
El amor, la pasión y la dedicación son sello del taller; mientras que el aspecto tradicional, la alta calidad y el delicioso sabor distinguen a Oaxacanita Chocolate.
Como obtengo mi chocolate
El proyecto de Oaxacanita Chocolate se encuentra muy activo a través de sus redes sociales, desde ahí puedes realizar cualquier tipo de pedido y obtendrás atención personalizada por parte de Ruth o Germán, misma que incluye los detalles para poder obtener el delicioso producto hasta la puerta de tu casa.
Algunas de las presentaciones con las que cuentan actualmente son: bolsitas de medio kilo, tenate y cartera de palma con 80 y 128 gramos de chocolate artesanal oaxaqueño.
Pero, si te gusta la aventura y además quieres visitar el establecimiento, este se localiza en el centro de Tamazulápam del Progreso, municipio que se ubica a dos horas de la ciudad de Oaxaca, en vehículo particular.
“Queremos invitar a todas las personas a que nos visiten y a que juntos podamos vivir la alegría del chocolate artesanal aquí en Oaxaca”, expresó Germán Santillán.