La muerte es democrática, ya que al final de cuentas güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera: José Guadalupe Posada.
Sin lugar a dudas La Catrina es uno de los disfraces más socorridos durante la celebración del Día de Muertos. Cientos de mujeres buscan conseguir el maquillaje perfecto que les garantice una buena fotografía, que incluso se vuelve de temporada en sus redes sociales.
Pero ¿qué hay detrás de este ícono del Día de Muertos?
La historia de La Catrina es mexicana y tiene que ver con la crítica social que hacía la comunidad de artistas e intelectuales hacia los gobiernos y las clases más privilegiadas que se enriquecían a costa del pueblo cada vez más hundido en la miseria
Fue en 1912 que el pintor, caricaturista, grabador e ilustrador, José Guadalupe Posada, crea el personaje esquelético de una mujer con vestimenta y sombrero afrancesados, mismos que utilizaban quienes formaban parte de la clase alta en esa época.
Al inicio fue llamada “calavera garbancera” pues provenía de la crítica a las personas que vendían garbanzo, y que, siendo pobres aparentaban ser ricos y ocultaban sus raíces indígenas.
“Las que hoy son empolvadas garbanceras pararán en deformes calaveras”, título que acompañó la primera publicación con la ilustración.
Posadas nació en 1852 en la ciudad de Aguascalientes y fue reconocido por realizar caricatura política en varias imprentas y algunos periódicos, como el Argos, La Patria, El Ahuizote y El Hijo del Ahuizote. Fue perseguido y atacado por el gobierno del presidente Porfirio Díaz, debido a la crítica y denuncia que hacía de las atrocidades e injusticias cometidas.
Dentro de los trabajos del artista se encuentra uno titulado “La Calavera Oaxaqueña”, el cual muestra a una multitud de esqueletos haciéndose a un lado y abriendo el paso a una calavera vestida de charro, que corre velozmente con un puñal en mano.
Fue en 1947 cuando Diego Rivera, a manera de homenaje, rebautiza a la calavera garbancera nombrándola La Catrina y la incluye como protagonista de su mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central“, donde también aparece la imagen del artista José Guadalupe Posada, una versión infantil del propio Rivera y la reconocida pintora mexicana Frida Kahlo.
A partir de ese momento se convirtió en un elemento del arte y cultura popular mexicana, su impacto trascendió en el tiempo al ser la forma más bella y elegante de representar a la muerte.
Actualmente para distinguirla de una calavera común se toman en cuentan algunos elementos como: la representación de la flor de cempasúchil en los ojos, la cruz en la frente, el simbolismo en la barbilla y que todo lo que se pinte en el rostro tenga que ver con el arte mexicano. Además que va acompañada de un enorme sombrero o una diadema de flores.
Durante esta temporada hay concursos que premian la mejor representación tanto en maquillaje, como en vestuario de las catrinas y no sólo eso, sino que también se elaboran figuras con cualquier tipo de material para adornar escuelas, instituciones, establecimientos y viviendas.
Las catrinas no pueden faltar en las calendas, comparsas y muerteadas, actividades que se realizan en buena parte de los municipios conurbados a la ciudad de Oaxaca, como parte de las tradiciones que maravillan a todas las personas que en ellas participan.
Tanto es el gusto y la admiración por La Catrina que turistas de todas partes del mundo llegan a Oaxaca durante la temporada de Día de Muertos para ser parte de la tradición y no dudan ni un momento en pintar su rostro para caracterizarse del ícono mexicano.
La Catrina más que un disfraz, es un personaje con vida propia y es parte de la cultura mexicana, por ello hoy en día y pese a la pandemia, cientos de personas difunden a través de sus redes sociales sus interpretaciones, adaptaciones y disfraces.