Desde lejos se escuchan las bandas de música tradicional que suenan en las inmediaciones de la “Cruz de Piedra” punto de reunión para la salida de algunas de las delegaciones que participarán en los Lunes del Cerro y que hoy, en el marco del primer Convite, invitan a toda la población a ser parte de la Guelaguetza 2019.
La gente corre, se reúne y hace “bolita” en el lugar donde están los “zancudos”
–niños y hombres vestidos de mujer, arriba de unos enormes zancos- y las tradicionales marmotas, mientras que las “Chinas Oaxaqueñas” posan para la foto ante cualquier petición por parte de turistas locales, nacionales y algunos extranjeros que comienzan a hacer presencia en la capital.
Imposible librarse de uno que otro empujón o pisotón ante la cantidad de gente que se reúne para formar parte del primer convite de este mes de julio en el que se celebra la Guelaguetza 2019, la festividad más importante para Oaxaca debido a la cantidad de turismo que atrae.
“Déjenme pasar” grita en reiteradas ocasiones una mujer que queda “atrapada” entre los contingentes dancísticos y a quien debido al volumen de la música nadie parece hacerle caso, lo que al final entiende y busca otra forma de continuar con su camino.
Comienza el baile y la algarabía, entre el Jarabe del Valle y el Jarabe Mixteco las delegaciones de Oaxaca de Juárez y Huajuapan de León compiten entre sí para cautivar al público que les observa a su paso por la calle de García Vigil, el ¡Viva Oaxaca! se escucha en reiteradas ocasiones durante el recorrido.
Los sones serranos se escuchan también y es la delegación de San Melchor Betaza la que con su característica vestimenta blanca -con refajo rojo en el caso de las mujeres y sombrero negro en el de los varones- quienes alertan a los miles de asistentes que iniciarán a dar su “Guelaguetza” y comienzan a lanzar por los aires el pan y café característico de la región en bolsas de papel.
Retrocedo un poco, recuerdo que busco a mis amigos, pero es difícil encontrar a alguien entre tanta gente, me invitan un mezcalito y no lo puedo rechazar, es tradición tomar y bailar en los convites, quien ha venido a Oaxaca lo sabe. Mi plan de caminar hacia atrás no funciona y tengo que seguir de frente, como la corriente del río. Justo hoy hago conciencia de lo angostas que son las calles de la ciudad. Los sones serranos me siguen acompañando.
Por fin logro avanzar hasta donde van las Chinas Oaxaqueñas portando sus tradicionales canastas en la cabeza, mientras los hombres portan las marmotas y los enormes faroles, dentro de ellos un avión de color rojo que estuvo a punto de chocar con el dron habilitado para capturar cada detalle del convite.
No podía faltar “Mazapán”, justo a quien quería ver, el can más famoso de Oaxaca no se podía perder el inicio de las festividades de la Guelaguetza, me acerco para acariciarlo pero es toda una celebridad y es acaparado por otras personas que buscan fotografiarlo, al sonido de los “cuetes” sale corriendo para incorporarse con la delegación de las Chinas Oaxaqueñas con quienes baila desde hace ya un tiempo.
Después de caminar unas cuadras más, me detengo un momento y tomó la mejor decisión, busco un buen lugar y me instalo para disfrutar la vista, me gusta lo que veo, la delegación de Huajuapan de León baila el Jarabe Mixteco y es acompañada con las palmas de quienes la miran.
Le sigue la belleza y gracia de la mujeres de Flor de Piña desde la Cuenca del Papaloapan. Metros atrás viene el “torito” -cargado de cuetes- que encabeza la delegación de las Chinas Oaxaqueñas de Genoveva Medina, me pasa tan cerca que una de las chispas me quema el dedo y mi ropa, nada grave, la fiesta sigue y sigue. Dentro de los monigotes que acompañan a la delegación no puede faltar la figura Francisco Toledo, el pintor más importante de Oaxaca en la actualidad.
Vuelven los zancudos esta vez acompañados de un importante número de personas que les cuidan de no caerse, la delegación incluye niños a quienes mayormente aplauden y saludan durante su recorrido. Con ellos un par de personas que reparten mezcal a quien lo pida, es parte de la celebración.
Los danzantes de la pluma y su imponente penacho desfilan por la calle de García Vigil, detrás la comunidad de habitantes de Villa Hidalgo Yalalag radicados en Oaxaca da muestra de su tradicional danza. San Sebastián Tutla y Pinotepa Nacional provocan que algunas personas dejen las banquetas y se incluyan al baile. Los Tiliches de Putla Villa de Guerrero, fieles a su tradición carnavalesca, arman la fiesta y azotando su petate contra el piso asustan a más de una persona que se pregunta quienes son y porque se visten así. Nadie responde pero todos bailan.
Cerca de las ocho treinta, una hora y media después de haber iniciado, con los pies cansados y la sonrisa en el rostro comienzan a dispersarse las miles de personas que se dieron cita en las principales calles de la ciudad, en este primer convite que apertura las festividades de la Guelaguetza 2019.